Joelvin Villarreal |
Analizar un problema y tomar decisiones requiere, no
solo del buen manejo de la información, y las herramientas disponibles, sino
que además; se requiere de un factor muy importante como lo es la visión de
futuro, tal ha sido el caso de los grandes líderes, y forjadores de grandes
empresas, como lo era Franklin D.
Roosevelt. El trigésimo segundo presidente de los Estados Unidos poseía gran
habilidad para intuir las jugadas de sus adversarios, así como una cosmovisión
del mundo político que le permitió preparase para los acontecimientos por
venir, dominaba la situación real y tenía clara la situación deseada.
Dos interesantes análisis destacan del encuentro entre
los mandatarios de Inglaterra y América, el primero de ellos es el
planteamiento de la situación de guerra; ambos entendían a la perfección la
amenaza real que para el mundo significaba el régimen nazi y la necesidad de
colaborar en el esfuerzo de guerra para detener el avance del totalitarismo en
Europa, pero a la vez entendían que no contaban con el suficiente respaldo
político para lograr la meta o realidad por ellos deseada. El segundo de los
planteamientos tenía que ver con el difícil tema de las políticas colonialistas
de Inglaterra, y a las cuales se oponía abiertamente Roosvelt; allí el juego
cambia para Churchill, aun cuando sobre ese tema él no cuenta con el respaldo
político – me atrevo a decir que tampoco tenía las intenciones de- entiende que
la fuerza de poder se inclina hacia los americanos y que la llave para salvar a
Inglaterra inevitablemente los llevará – a los ingleses- a ceder prerrogativas
políticas en el mundo de la post guerra. Ambos líderes, sin percatarse,
construían una nueva cosmovisión del mundo.
El planteamiento de objetivos generales y específicos
que ayuden a construir caminos hasta llegar a la realidad deseada es la mejor
opción a la hora de emprender grandes empresas políticas, militares, o
económicas; tomar una gran decisión a veces se plantea la toma de numerosas
decisiones menores. Así fue el caso de Roosvelt, la primera decisión que debió
tomar planteaba la reelección de su cargo como presidente de los Estados Unidos
de América, lo que le permitiría plantearse un segundo objetivo una vez logrado
el primero; establecer una estrategia que pudiese asegurar un respaldo político
de los ciudadanos americanos a la intervención su nación en la guerra Europea.
Los grandes visionarios deben tener presente cuando es
el momento justo para tomar una decisión con respecto a un tema o el anuncio de
tal decisión, la estabilidad en el poder depende de esta habilidad del
gobernante, a veces no actuar es la mejor opción. Roosvelt al ocultarle su intención belicista a
sus compatriotas no actuó, como podría haberse pensado- contrario al interés
nacional o las políticas públicas de su país, al contrario; entendió
perfectamente que para poder preservar la forma de vida norteamericana era
necesario impedir el avance totalitario que, una vez hubiese consumido Europa;
no tardaría en cruzar el atlántico.
No hay que subestimar dentro de este análisis la
actuación de Hitler, el tirano alemán, quien entendió desde el inicio del juego
político internacional la importancia de mantener a los americanos lejos del
conflicto europeo, fijándose como objetivo estratégico evitar cualquier
incidente militar que pudiese cambiar el equilibrio de la guerra. El escenario ideal o situación deseada para
Hitler era la neutralidad americana para obligar a una asfixiada Inglaterra a
rendirse ante sus pretensiones, es por ello que todas sus decisiones –
cuestionadas por altos oficiales de la marina de guerra alemana- tenían como
intención ignorar cualquier provocación de los americanos – el abastecimiento a
Inglaterra- al tiempo que evitaba darse una imagen de debilidad frente a sus
generales y almirantes.
La situación del Japón distaba mucho de los
acontecimiento Europeos, si bien el príncipe Konoye estuvo claro en mantener la
neutralidad americana frente al expansionismo japonés del pacifico; este no
tuvo éxito en mantener el respaldo político necesario para sus decisiones, la
falta de astucia para controlar a los elementos reaccionarios dentro de su
gobierno pusieron fin a su mandato. Esta situación debe servir para
ejemplificar la importancia de formar alianzas políticas y tener tacto a la
hora de establecer estrategias y tomar decisiones en el ámbito público; se
corre el riesgo de perder legitimidad y con ella el poder.
El autoritarismo japonés del general Toyo, incapaz de
razonar y tener en cuenta la situación real le hizo vulnerable, y propenso a
tomar decisiones destinadas al fracaso, su escasez de información exterior contribuyó
a que tuviese una cosmovisión equivocada del mundo. Fatal para el Japón que su
gobernante no contase con las herramientas suficientes que le permitieran hacer
una efectiva toma de decisiones, el no saber o no querer comprender la
situación real le impedía llegar a su situación deseada, la cual era ganarles
una guerra frontal a los norteamericanos.
La autoridad y el respaldo político tienen una
importancia capital a la hora de tomar decisiones, en este análisis se pude
observar con gran facilidad este aspecto cuando se presenta la discusión entre
el general Toyo y el almirante Yamamoto, aun cuando este ultimo poseía los
elementos necesarios para construir un verdadera situación de realidad
presente, y tener una cosmovisión global que estableciera una situación deseada
para nada utópica, no tuvo la autoridad y el respaldo político suficiente para imponerse
frente a Toyo.
Finalmente un audaz Roosvelt se percata de la
situación real en el Japón a través del buen manejo de la información y otras
herramientas políticas, y encuentra una oportunidad que le ha sido negada por
Hitler en Europa, la provocación que sutilmente llevará a sus enemigos a
cometer una toma de decisión errada que le permita por fin obtener su realidad
deseada; romper con la neutralidad americana en la guerra sin perder el
respaldo y la legalidad política de sus connacionales.
@joelvinRV
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