Muchas veces no entendemos las cosas de Dios y ese vacío espiritual, que en ocasiones también va acompañado de vacío intelectual; es aprovechado por el enemigo para confundir y así robar almas. Seamos siempre temerosos de la palabra de Dios, y entreguemos nuestras vidas a sus propósitos.
Al principio, mientras más nos acercamos a Dios, pasarán cosas fuertes, habrá tal vez lamento y rabia; el enemigo trabaja para ello. Y muchos preguntan ¿Dónde está Dios? Está en nosotros buscarlo y arroparnos con su espíritu Santo en la adversidad, nos abrazamos fuertes a él.
Mientras más tempestad, más fuerte nos abrazamos a él, es allí cuando ocurre el milagro de la transformación. Nosotros los seres humanos entendemos mejor el mundo a través del dolor. La sanación de heridas es lo que nos hace fuertes y entendidos.
Dios nos ha dejado reglas muy simples y básicas para evitar el dolor y el sufrimiento; no es él quien nos lleva al camino del dolor, ni tampoco nos pone tentaciones. Es el enemigo quien conoce nuestra naturaleza, utiliza nuestras debilidades, y pone tentación.
nosotros somos los que elegimos seguir las reglas de Dios o seguir por el camino que lleva al dolor. La trampa está en que el enemigo endulza el camino con placer y facilidad, una vez adentro, comienza a transformar el placer en dolor y sufrimiento, de forma muy lenta.
El enemigo utiliza el tiempo a su favor, entonces te hace creer que es Dios quien te ha quitado todo.
El filósofo Francés, Bastiat, escribió un ensayo sobre economía titulado "Lo que se ve, y lo que no se ve". Ese principio de Bastiat en economía, resulta explicar la trampa.
"[...]un acto, una costumbre, una institución, una ley no engendran un solo efecto, sino una serie de ellos. De estos efectos , el primero es sólo el más inmediato; se manifiesta simultáneamente con la causa, se ve. Los otros aparecen sucesivamente, no se ven[...]" Bastiat.
Es así como funciona la trampa del enemigo, es una droga [Elección] que va generando sucesivos efectos efectos a largo plazo [consecuencias], y de hecho; como si no estuvieran relacionados causas y efectos.
Por ello, el proceso para la desintoxicación del cuerpo es doloroso.
Así funciona para todo: nuestra naturaleza de pecado; la economía que está destruida; los procesos sociales para reconstruir nuestros países.
Así que, no es culpa de Dios; el nos dijo como evitar el dolor y el sufrimiento; nosotros elegimos apartarnos de su manual.
Son pequeñas o grandes elecciones diarias que asumimos; mientras más apartadas del manual de Dios; más graves las consecuencias posteriores en el mediano o largo plazo.
No caigamos en las trampas del enemigo, llevemos con dignidad esa batalla diaria contra nuestras tentaciones.
Joelvin Villarreal V.