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miércoles, 13 de septiembre de 2023

El suicidio geopolítico de Occidente: La guerra de Ucrania como estrategia geopolítica de los Estados Unidos para dominar a Europa.

 


Los Estados Unidos lograron sus objetivos geopolíticos en Europa a partir de la guerra de Ucrania, a saber:

-       Mayor dependencia militar de Europa hacia los Estados Unidos.

-       Mayor dependencia energética de Europa con respecto a los Estados Unidos.

-       Interrumpir cualquier posibilidad de entendimiento entre Alemania y Rusia. (Las dos grandes potencias de Europa).

El complejo industrial militar de los Estados Unidos y el IPAC judío son los mayores beneficiarios de esta guerra europea, sus acciones se han visto acrecentadas gracias a los jugosos contratos firmados a partir de la “Ayuda militar a Ucrania”; esto ocurre a partir de que los países aliados han aceptado proveer armas obsoletas de origen soviético, y algunas occidentales, a cambio de contratos por tecnología militar de reciente data. Las “ayudas” otorgadas a Ucrania por parte del congreso de los Estados Unidos en realidad son inversiones a mediano plazo impulsadas por los lobbies militares que manejan a los congresistas y senadores. Aunado a ello se ha incrementado la presencia de activos militares norteamericanos en las bases de la OTAN asentadas en Europa. Los stocks militares europeos, ahora mermados, convierten de facto al continente en un protectorado de los Estados Unidos.

Tras las sanciones a la energía rusa, y la voladura del proyecto Nord Stream II, los europeos se han visto en la necesidad de recurrir a los Estados Unidos para que les provean de Gas y petróleo de forma directa o, a través de terceros. Los precios poco competitivos con respecto al GAS ruso han terminado por encarecer importantes procesos industriales y también domésticos del mercado europeo, en razón de ello muchas empresas y productos han perdido su rentabilidad lo que abrió las puertas a competidores de Estados Unidos principalmente pero, también de china, Bharat, entre otros. Las imágenes de Macron buscando la mano del tiranuelo de Venezuela, Nicolás Maduro; y clamando públicamente por el levantamiento de las sanciones a Irán y Venezuela; grandes proveedores de energía, son hechos concretos de una Europa ahogada en sus propios errores geoestratégicos.

Quienes entienden de estos temas en Europa saben del impacto geoestratégico que significaría la consumación de un entendimiento entre alemanes y rusos frente al resto del mundo. Son las mayores potencias geoestratégicas de Europa, juntas ejercerían un dominio casi incontestable en el viejo continente frente a rivales como Erdogan, las facciones islámicas en el norte de África y el Mediterráneo, y por supuesto de la hegemonía norteamericana. Además de ello, una Rusia integrada a Europa de la mano de Alemania supondría una debilidad en términos relativos con respecto al expansionismo chino. Para los Estados Unidos ha resultado un éxito el haber divorciado a los rusos y alemanes, y para el resto de los actores ha significado una oportunidad para nada despreciable, especialmente para China. Tras el fin de la guerra fría, se ha debido integrar a Rusia en lugar de apartarla, no haberlo hecho ha significado en términos geopolíticos el error geoestratégico más grande de la historia moderna de Europa.

Más allá del propio interés de los Estados Unidos en sostener su hegemonía sobre Europa, estrategia exitosa hasta el momento, podemos expresar esa estrategia no resulta favorable al largo plazo en términos ideológicos; occidente en su conjunto como civilización se equivoca en sus estrategias geopolíticas y se ha puesto en posición de pérdida de influencia relativa frente al resto de las civilizaciones.

Joelvin Villarreal.

Politólogo.