La rebelión de las regiones en busca de sus libertades económicas es el
único antídoto efectivo contra el comunismo que padece nuestra Venezuela
(ocupada por tropas cubanas, iraníes, rusas chinas) sustentado por el foro de
Sao Paulo; organización criminal que lo extendido a lo largo y ancho del continente, y que amenaza
ahora con subyugar a España.
Es increíble la fatal arrogancia que se vive en nuestro país –en pleno
siglo XXI- por parte de vastos sectores ciudadanos que envilecidos aun por la
cultura colectivista y las demagogias paridas de la constitución de 1819 se
niegan a reconocer los errores –horrores diría yo- del sistema socialista y su
producto final: El comunismo.
Mientras el mundo avanza y se
integra en el proceso de globalización y en la era de las telecomunicaciones e
inteligencia artificial, acá nos afanamos por seguir en los atavismos de
sofismas tales como la justicia social y los almuerzos gratis. Esto se resume
de una manera muy práctica en una realidad pavorosa: Mientras en el mundo libre
los niños juegan con Drones, acá en Venezuela nuestros hijos padecen de hambre
y sed en inmensas colas por pañales o leche.
La fatal arrogancia de un país que se niega a pelear por libertades
económicas mientras padece de hambre y muere de peste, precisamente a causa de
los controles y racionamientos a la economía, es digna de estudio científico en
las escuelas de psicología, sociología y ciencias políticas del mundo entero.
El antídoto al cáncer comunista que padece Venezuela radica en asumir
verdaderos proyectos opositores y defender ideas contrarias a los populismos izquierdosos
representados en la MUD y sus aliados, incluyendo al PSUVE. ¿Dónde encontrar
estos proyectos? En RUMBO PROPIO con el
economista Néstor Suarez a la cabeza, en el MID integrado por Luis “BALO” Farías, Luis
Granados, Manuel Aguana, entre otros valiosos ciudadanos,
también en el proyecto Región de Valmar con ilustres figuras como por ejemplo el empresario Enio Daza.
Cada uno de estos proyectos se encuentra activo en una región
determinada de Venezuela, cada uno con
su idiosincrasia, cada uno con sus particularidades que los hace especiales;
pero con una verdadera unidad en los intereses del país y la defensa de las
libertades económicas. Esta rebelión que surge de las regiones contra el
centralismo del sistema intervencionista debe ser tomada como bandera y ejemplo
a seguir por cada uno de los venezolanos que desea un mejor porvenir y futuro.
Socialismo no es oposición al socialismo, así que los venezolanos
deben dejar de pensar y actuar como socialistas si quieren salir del comunismo.
Si quieren ser libres piensen como
hombres libres, no como esclavos.
El triunfo de la libertad sobre el nepotismo es posible en la medida que
los venezolanos vayan dejando de lado la fatal arrogancia que los ata al sistema de controles y racionamientos
impuestos por papá estado y asuman de una buena vez por todas sus
responsabilidades individuales en la defensa de sus derechos y libertades económicas, es
decir; cuando decidan ser libres.
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