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domingo, 12 de abril de 2020

Occidente Vs El Terror: Los escenarios de Venezuela

Joelvin Villarreal
En las próximas semanas Venezuela inevitablemente concurrirá a una cita con la historia. Los eventos que están por suceder en el país sudamericano marcarán un punto de inflexión en la política regional. Ya sea que se trate de una intervención militar a gran escala, o que por el contrario ocurra un operativo de fuerza limitada y dirigida hacia la cúpula del régimen chavista. Todas las opciones están sobre la mesa, los escenarios son diversos y complejos, pudiendo inclusive ocurrir en paralelo: no son excluyentes los unos de los otros.

Los escenarios que a continuación pretendo exponer no tienen un orden exacto, y los voy a dividir en dos grandes partes con el objeto de su mayor comprensión por separado, pero sin excluir su interrelación:

Primera parte: Desde lo interno, hacia lo externo.

El quiebre interno de las estructuras de poder que sostienen a Nicolás Maduro. En un supuesto de que las estructuras internas del chavismo, especialmente las fuerzas armadas, le quiten su apoyo a la cúpula de poder este escenario hipotéticamente se plantearía de la siguiente forma:

Debido al control interno que ejercen los cubanos es poco probable que ocurra un movimiento coordinado de tropas militares que logren alcanzar el poder político. Serian unidades aisladas con relativo poder de fuego y de movilización por lo que necesariamente tendría que haber apoyo táctico y logístico por parte de las fuerzas internacionales, en este caso de los EEUU, para equilibrar la situación y conseguir el desplazamiento de Maduro y la cúpula. 

Pero de este mismo escenario podría surgir uno mucho más complejo, al cual yo he denominado en artículos anteriores “Republica Dominicana 1965”, y esta situación supondría que ocurre un enfrentamiento entre dos o más bloques de poder político-militar fragmentando al país en una guerra civil ocasionando un caos similar al caso de republica dominicana en 1965 que obligó la intervención militar directa de los EEUU y luego la OEA.
Pero este escenario, descrito anteriormente, también puede dar pie a uno inclusive más complejo, la guerra civil molecular, de la cual ya tenemos síntomas pero aun no se manifiesta con todo su potencial destructivo, -es como el SARS-COV-2-, se trata de una guerra fratricida donde participarían también elementos asociados al narcotráfico, el terrorismo internacional, crimen organizado por mafias locales, paramilitares armados en apoyo a los distintos bandos, y por supuesto las tropas extranjeras ya establecidas en el país desde hace varios años, principalmente Cuba. Maduro junto a su cúpula maneja este escenario, lo ha dicho Diosdado Cabello en reiteradas oportunidades “Podrán entrar pero, el problema será salir”. En su esquema se ven en el espejo de Bashar Al Assad en Siria: resistir en el poder.

Por supuesto un escenario como el de la guerra civil molecular desestabilizaría más a la región, representaría un problema de seguridad aun mayor para los EEUU, y obligaría a Washington  plantearse una intervención militar a escala mayor para poder controlar la situación en el Caribe y Sudamérica. Por supuesto este es el escenario que los EEUU bajo la administración Trump evaden vehementemente, es su última opción, porque implica un costo político, económico, e histórico que difícilmente los políticos del norte desean asumir. 

Segunda parte: Desde lo externo, hacia lo interno.

En los EEUU la apuesta es por un paulatino esquema de presión política y económica que vaya quemando las opciones planteadas sobre la mesa. El despliegue militar actual en el Caribe pudiese dar paso en poco tiempo si no se logra el quiebre del régimen chavista por esta vía, a una acción más contundente que contempla un bloqueo aeronaval, con lo cual asfixiar el aparato financiero del régimen chavista. Esta última opción  constituye un costo económico mayor para los norteamericanos, y en este caso Trump no esperaría demasiado tiempo por un resultado favorable ya que en su visión no está dispuesto a gastar recursos sin obtener resultados evidentes, es decir; la etapa del bloqueo tendría un periodo de duración mas corte que la del despliegue. Entre ambas etapas se plantea una transición que va de lo político y lo militar. Ahora se suma una variante que le agrega mayor complejidad al asunto y es el departamento de justicia de los EEUU que viene a darle mayor peso al argumento sobre el peligro a la seguridad nacional de los EEUU. Estos dos elementos no son excluyentes, sino que por el contrario se retroalimentan pero, llevan la situación más allá de la frontera política.

El paso siguiente al bloqueo aeronaval lo representaría una operación quirúrgica, la cual pudiese arrojar dos escenarios: el primero se trataría de un ataque aéreo contra una institución o una figura clave que envíe un mensaje contundente al chavismo y cambie la situación actual del escenario político interno. Se tiene ya la experiencia de Yemen, Siria, e Irak, es decir; ha sido una estrategia constante de la administración Trump buscar buenos resultados al menor costo posible: El bombardeo a Qasem soleimani produjo cambios a la geopolítica en medio oriente.

El segundo de los escenarios que pudiesen ocurrir tras fracasar la estrategia del bloqueo aeronaval seria la puesta en marcha de un operativo de extracción dirigido contra figuras claves de la revolución bolivariana. Pero esto no es tan sencillo como usualmente se plantea en el imaginario popular, entran uno helicópteros y se van, no, pues una operación como esta requiere de la neutralización de unidades claves de las fuerzas armadas y el envío de fuerzas adicionales que garanticen la entrada y salida de los equipos especiales encargados de la extracción de los objetivos. Pero ahí no queda todo, una vez extraídos los elementos claves que sostienen el poder chavista ¿Quién y cómo controla el poder? Es decir, que la operación de extracción también debe garantizar que estos elementos que se retiran no sean reemplazados por otros dentro de la misma estructura de poder, y que además, no se genere una situación de vacío de poder que agregue escenarios más complejos como los anteriormente descritos en la primera parte.

presumo la existencia de muchas otros posibles escenarios, sin embargo; todos derivados fundamentalmente de estos principales expuestos.


Joelvin Villarreal. V

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viernes, 3 de abril de 2020

De lo político a lo militar, la verdadera transición en Venezuela: Despliegue aeronaval, etapa I

Joelvin Villarreal
Finalmente la administración Trump ha ordenado un poderoso despliegue naval en el Caribe, el cual se ha descrito como; la operación antinarcóticos más grande en la historia del hemisferio occidental.

Desde el año 2014 por primera vez, John Kerry, en aquel entonces secretario de estado norteamericano, mostró las primeras señales de lo que sería un cambio profundo en la política exterior de los EEUU hacia el régimen chavista. Por aquellos tiempos decembrinos advertí a través de esta tribuna sobre aquel cambio y de la posibilidad real de producirse un panorama que desembocara en una confrontación militar entre los EEUU y el régimen chavista y; es por ello que decidí construir un espacio especial en el blog para analizar aquella situación y sus implicaciones, con lo cual surgió la idea de realizar una serie de artículos bautizados todos ellos como: “Occidente Vs El Terror”. 

Cinco años y cuatro meses después, finalmente la intervención militar norteamericana a Venezuela es prácticamente un hecho. Si bien es ciertos muchos elementos de tipo ideológico adversos, tanto en el panorama interno como en el externo, frustraron varias veces la construcción de escenarios de fuerza sobre los cuales acabar con el régimen chavista, el 2 de abril de 2020 una conjunción de factores geopolíticos han acelerado un proceso transitorio entre las opciones diplomáticas y el uso de la fuerza militar que ya venía tímidamente desarrollándose desde enero de 2019. 

El pragmatismo gradualista, y el enfoque económico, imperó prácticamente en todo el primer gobierno de Donald Trump, además de, el no menos importante hecho de ocuparse del rescate institucional de Norteamérica tras el nefasto periodo de Obama quien desdibujó el liderazgo de los EEUU en el mundo, y comprometió seriamente lo interno de instituciones como por ejemplo: La DEA, CIA, Seguridad Nacional y el FBI, así como también, el Departamento de Estado. A medida que Trump recuperaba la fortaleza de los EEUU su política exterior comenzó a trabajarse de forma más hegemónica. 

Para el año 2019 la política exterior de los EEUU en la era Trump comenzó a mostrar signos de fuerza en torno a la geopolítica global pero, especialmente con respecto a Irán y el tema de Venezuela. Los criterios de diplomacia ruda se mantuvieron en la constante, sin embargo; los signos de amenazas –poco creíbles según la opinión general- daban cuenta de una lenta transición entre la esfera de lo diplomático a lo militar. No sería sino, hasta enero de 2020, cuando se produce una ruptura entre la posición inicial, más pragmática y de orden economicista, con una posición cada vez más dura y de orden militar producto, y como respuesta, a la agresión cometida por los grupos y milicias pro iraníes contra posiciones de los EEUU en Irak. 

La operación militar contra el comandante de las fuerzas QUDS guardia revolucionaria Iraní Qasen Soleimani, transformó el panorama político del medio oriente, y la visión del mundo sobre la política exterior y el accionar de los EEUU en la era Trump. Fue un antes y un después. 

Tanto Irán como Venezuela son parte de un mismo problema geopolítico para los EEUU, dos teatros de operaciones distintos en el marco de una misma guerra: La guerra contra el terror. Venezuela inunda con cocaína a los EEUU y amenaza la seguridad y estabilidad de sus vecinos y de la región como parte de su proyecto político-ideológico, tutelado por cuba y respaldado por China y Rusia, estos últimos con grandes beneficios políticos y económicos en la zona de influencia norteamericana. La cocaína, el oro, y diversos otros recursos y actividades ilícitas que sale de Venezuela es parte de toda una estructura de apoyo político-militar que va desde las FARC-EP, ELN, grupos paramilitares al servicio del régimen chavista, y las redes terroristas del Hezbollah en América Latina, África, y el medio Oriente. 

Es imperativo para la seguridad nacional de los EEUU desmantelar toda la red operativa que se ampara en el régimen chavista y que ha puesto en jaque la seguridad del hemisferio y sirve de base para el desequilibrio geopolítico global. La administración Trump pese a los saboteos internos auspiciados por los demócratas y los obamistas al interior de las instituciones norteamericanas, parece decidido a terminar con el problema de Venezuela. Su política gradualista y economicista busca ejercer mayor presión interna en las estructuras que sostienen al chavismo en el poder con la menor inversión de recursos posibles, al tiempo que demuestra a la comunidad internacional la verdadera naturaleza del régimen y se blinda moralmente para justificar el uso de la fuerza militar. 

El chavismo continúa movilizado, aun cuando ya es evidente la falta de recursos estratégicos, como por ejemplo la gasolina. Responden a cada acción del gobierno norteamericano, que les resta poder exterior; diluyendo la capacidad interna de los actores “opositores” liderados por Juan Guaidó. A este último el régimen chavista le va quebrantando la capacidad de acción y la estructura que lo respalda. Guaidó, asegura estar trabajando y construyendo capacidades dentro de las FANB, sin embargo; la realidad muestra otra situación distinta, y como ejemplo de ello: su incapacidad para sustentar a los efectivos militares que se unieron a él durante los hechos del 23E de 2019; el fracaso del “movimiento militar” del 30A de 2019; las recientes filtraciones dadas a conocer por el ahora prisionero de la DEA, Mayor General Clíver Alcalá Cordones; y el reiterado llamado a las FANB a través de comunicados efímeros, ambiguos y faltos de carácter.

La hipótesis general planteada por los obamistas, la unión europea, y el grupo de lima que da cuenta de una posible ruptura de la estructura de poder chavista pretende ignorar la capacidad de adoctrinamiento que posee este régimen, el respaldo de sus aliados como: Cuba, Las Farc, Eln, Y células de Hezbollah   presentes todos ellos en territorio venezolano. Mientras cuba esté en Venezuela, su aparato de inteligencia hará poco probable un alzamiento militar coordinado y exitoso que deponga a Maduro del poder político.  

La estrategia gradualista de Trump pronto evolucionará de un orden político a un orden militar, dicha transición está en curso, y la confrontación militar entre el chavismo y los EEUU es un hecho casi que inevitable. 

El despliegue aeronaval ordenado por el presidente Donald Trump es la primera muestra de fuerza real para con el régimen chavista, es lo que se conoce como “La Amenaza Creíble”. El objetivo de este movimiento desde el ámbito militar es asegurar la hegemonía militar de los EEUU en el área circundante al teatro de operaciones, poner  disposición del comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y del estado mayor los recursos militares necesarios para iniciar operaciones en cuestión de minutos una vez recibida la orden. Como ya se explicó anteriormente, tiene un propósito además político que es el de ejercer presión a lo interno de las estructuras de poder chavistas, también enmarcado en el componente disuasivo o psicológico de la guerra. Es una etapa pre-bélica, su alcance está bien definido por el área del pacifico oriental, Caribe, y atlántico. Su estimación de tiempo solo depende de la decisión política de Washington y eventualmente escalará a una segunda etapa que contempla un bloqueo aeronaval, acción ésta más compleja y costosa enmarcada ya propiamente en la acción militar directa, y finalmente ocurriría una tercera etapa propiamente de guerra abierta que iría contra los objetivos políticos y militares que sustentan al régimen chavista. Todas estas etapas se Irán desarrollando según el interés y la necesidad de los comando militares y la decisión política de la administración Trump. 

La suerte está echada. 

Joelvin Villarreal, Cs Políticas URU.

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