Joelvin Villarreal |
Se
había planteado en artículos anteriores concernientes a esta serie denominada,
“occidente vs el terror”, que los Estados Unidos y sus aliados se habían
planteado el escenario de la intervención militar directa en el caso Venezuela
o la implementación de un plan sistemático que les permitiera crear una zona de
cuarentena, dicho de otro modo; de contención del chavismo. Los eventos
geopolíticos ocurridos en los primeros meses del año parecían favorecer el
primer escenario planteado, especialmente luego del fracaso del dialogo
efectuado en República Dominicana los últimos meses del 2017 que le permitieron
a Maduro, por una parte extender su periodo de gobierno, y por otra; dejar en
ridículo a los actores de la comunidad internacional que participaban en dicho
evento, tal como lo habíamos previsto en este blog con anterioridad.
Recientemente,
y tras la reestructuración de algunos funcionarios de peso en el gobierno
norteamericano, ocurrió una declaración importante por parte del consejero de
seguridad nacional, John Bolton, quien claramente advirtió que no existía en
Venezuela una oposición medianamente organizada que pudiese sostener un
gobierno en el caso de que cayera el régimen de chavista.
Dicha
declaración es clave, fundamental para comprender los escenarios probables de
la administración Trump con respecto al régimen venezolano para los próximos meses,
especialmente luego de Mayo próximo cuando se estima que la tiranía cometa un
nuevo fraude político. Se ha manejado en este blog el probable escenario de que
ocurra un embargo petrolero justo el día después que se anuncien los resultados
del fraude político que el régimen venezolano llevará a cabo el 20 de Mayo.
Acompañando
del embargo petrolero, y la posibilidad del endurecimiento del embargo de armas
que se encuentra vigente, se espera una serie de medidas concernientes al “apoyo”
de los refugiados que han estado llegando en masa a las fronteras y del exilio
que ya se encuentra diseminado por el mundo. En la reciente cumbre de lima el
vicepresidente Pence ha dicho que se aprobaron 16 millones de $ en ayuda para
los venezolanos, sin embargo; no hubo detalles como por ejemplo: quienes
administrarían dichos recursos y a quienes específicamente van dirigidos.
Brasil
y Colombia, dos de los países más afectados a causa de la diáspora venezolana,
pudiesen en un futuro no muy lejano convertirse en los mayores beneficiados de
la tragedia que sacude a su vecino común. La política de ambos estados con
respecto a Venezuela históricamente se pudiese catalogar de hostil y
oportunista, siempre que Venezuela ha presentado graves problemas de orden
interno los gobiernos de Brasil y Colombia han aprovechado las circunstancias
para despojar de territorio a su vecino o de conseguir importantes ventajas
políticas o comerciales: la política de la carroña.
En
esta oportunidad la política de la carroña, aunque tardía por razones ajenas a
su voluntad, no parece estar ausente en nuestro tiempo, y es que ya se maneja
información sobre la cual; tanto Brasil, como Colombia, e incluso Guyana, se
han planteado organizar campamentos de refugiados en sus fronteras con la
intensión de emular allí la tragedia palestina en el Líbano: pedir grandes
recursos a la ONU y otros organismos internacionales para administrar dichos
campamentos y obtener algunas ganancias políticas y financieras a partir de
dicha situación.
La
falta de coherencia y de organización por parte de los venezolanos en razón de
conformar y hacer funcionar UNA OPOSICIÓN política en el país, que se muestre
como alternativa real de poder frente al chavismo, mantienen a las potencias
occidentales en una posición difícil de tener que aislar a Venezuela en tanto
no exista una solución rentable que permita la salida del régimen chavista sin
poner en jaque la ya deteriorada estabilidad regional. Los norteamericanos
prefieren una nueva Zimbabwe en el caribe que tener que repetir el error de Somalía. Mientras tanto, la ambigüedad propia de la debilidad ideología
latinoamericana frente al comunismo, y la rapiña de nuestros vecinos, buscarán
la manera de poder paliar los efectos de la crisis e incluso beneficiarse de
ella.
Hoy
más que nunca se hace necesaria esa oposición política que tome sin complejos
el camino de la derecha y que asuma los grandes retos de nuestros tiempos, que rompa
definitivamente con los atavismos que nos separan del mundo civilizado, que se
perfile como capaz de hacer frente a la tragedia y que no titubee a la hora de
pedir ayuda a nuestros verdaderos aliados históricos quienes no dudaran en
venir a nuestro auxilio para beneficio de todos. De momento, la “oposición” actual nos está
condenando a tener que elegir entre padecer bajo el régimen chavista o padecer
bajo los campamentos de la ONU bajo administración de nuestros vecinos.
Emulando
a un gran amigo, Noel Leal, quien sostiene que quiere salir del “chavizmo” pero
la oposición no lo deja, yo digo “Occidente quiere intervenir para salir del
chavismo, pero la oposición no los deja”.
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