Joelvin Villarreal. |
Tal
como lo he venido planteando en anteriores publicaciones la situación de
Venezuela es sumamente compleja, son muchos los factores de poder e intereses
mercantiles opuestos entre sí, además del ya obvio componente ideológico,
presente en toda decisión tanto de gobierno como de los diferentes frentes de
oposición.
Ya
se observa, con espeluznante evidencia, el quiebre del estado, no sólo del
estado de derecho; sino del estado en sí mismo: El pacto social está roto. La
constitución del 99, tal como lo advertí desde el año 2015, ya no es
suficiente, pues ya no sirve a los intereses de la tiranía, la cual, aspira
mayor control social; ya no es suficiente para quienes desean el rescate de
Venezuela, en especial en lo económico.
El
plan de la patria, que es el plan del Foro De Sao Paulo, cuyo mayor exponente
fue Chávez, es, en la práctica; la destrucción de la tradición republicana de
Venezuela en favor del estado comunal. A Maduro le tocó, por desgracia para él,
capitanear el barco durante el trayecto más tormentoso y decisivo, la
transición natural del socialismo hacia su etapa de adultez; comunismo: Durante
este proceso la apuesta es alta, es un todo o nada.
La
violencia ha comenzado a llenar el vacío que dejan tras sí las instituciones
políticas, y es que en la Venezuela chavista, las instituciones se han estado
apagando, el estado padece un proceso complejo de erosión, es decir; muere
dolorosa y lentamente. En la medida que la ciudadanía percibe el deterioro
institucional y la inexistencia del estado de derecho tiende a tomar la
justicia por sus propios medios, porque no reconocen autoridad en nadie. Así
mismo ha pasado con los partidos políticos y su dirigencia, la ambigüedad, y la
falta de posición firme con respecto a la situación, les ha restado
credibilidad ante la sociedad, lo cual es grave. El país está huérfano de
liderazgo y las masas están en la calle, y las masas no piensan, sólo actúan de
acuerdo a los impulsos del momento: anarquía.
Tal
como lo advertí en anteriores publicaciones, Venezuela va camino de
transformarse en la Somalia del Caribe, aun cuando también observo en su
proceso algunas características similares, haciendo sus salvedades por
supuesto, a lo ocurrido en la extinta Yugoslavia. Ambos caminos pasan por la
violencia, una guerra civil que nadie desea pero, que todos estamos siendo
empujados hacia ella. La comunidad internacional lo sabe, por ello en la agenda
privada de Trump y Putin Venezuela fue un punto clave. Los Estados Unidos y
Rusia parecen haber llegado a algún tipo de acuerdo sobre Venezuela, uno que pueda
detener el caos en el país. un caos que desbordaría las fronteras y
desequilibraría a nuestros vecinos del Caribe y de Suramérica.
Brasil,
Colombia, Chile, Perú, Panamá, e incluso Holanda han estado abordando seriamente
la crisis de Venezuela, la cual; tiende ahora a trascender como las crisis de
Sudamérica y el Caribe. Este complejo juego de poder internacional pudiese
generar cambios geopolíticos profundos
que van desde la pérdida del Golfo de Venezuela a manos de Colombia; una
intervención económica y militar de la OTAN similar a la ocurrida en la ex
Yugoslavia; e incluso la secesión de algunos estados, especialmente aquellos
que cultural e históricamente se han diferenciado del resto del país. Este
último caso pudiese ser similar a lo ocurrido entre Taiwán –China Libre- y La
República Popular China –La China comunista- donde los primeros, no es que
reniegan de sus lazos culturales milenarios, sino que; prefirieron tomar su
propio camino de libertad y desarrollo, antes que caer en las manos de la
asamblea popular china, órgano este muy similar a la asamblea constituyente
impulsada por el PSUVE.
De
momento, los principales servicios de inteligencia mundial, apostados en
Venezuela desde hace largo rato, comienzan a prepararse para una escalada
violenta y de consecuencias impredecibles, pues, el desorden político y la
crisis social que padece el país no tienen solución pacífica ni democrática:
aun cuando algunos personajes renieguen de esta realidad y pretenden seguir en
su realismo mágico.
Venezuela
sigue siendo un triste laboratorio de la geopolítica global, sin soberanía.
Nota: En mi humilde opinión la constituyente se instala pero, el país se les hace ingobernable.
Joelvin Villarreal. Ciencias Políticas (URU).
Instagram: @JoelvinV
Twitter: @JoelvinRV
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