Javier Vargas |
Cuando la gente habla de libertad, existen muchas definiciones que puedan
darle. Algunos lo consideran un estado de máxima felicidad, otros el poder
hacer lo que quieran, otros simplemente la capacidad de cumplir con los
requerimientos propios sin ser coartados. La verdad es que la palabra libertad
tiene dos significados claros, una forma de comparar cada uno es con el idioma
inglés, pues en el inglés libertad se dice “freedom” y se dice “liberty”.
La libertad como “freedom” se refiere al estado natural del ser humano, que
por ejemplo es libre de caminar, es libre de emitir sonidos, es libre de
respirar. La libertad como “liberty”
corresponde a un estado de la vida del ser humano en una sociedad, pues cuando
una sociedad es “libre”, sus habitantes tienen la libertad de decidir la forma
en la que desean desarrollar su vida, son libres de votar, libre de opinar lo
que deseen sobre cualquier tema, son libres tener la creencia religiosa de su
preferencia, etc.
El propósito de éste artículo es describir desde el punto de vista del
historicismo fundado por David Hume, el estado de la libertad (liberty) en la
Venezuela actual.
Primero debemos aclarar las diferencias entre el historicismo implementado
por Hume, y el que implementaron luego Russeau, Hegel y Marx. El historicismo
de éstos últimos toma como premisa que la naturaleza del hombre es errática y
varia con respecto a las épocas, por lo que la única forma de estudiar al
hombre es a través del desarrollo de su conducta la cual se puede apreciar en
la historia, a éste historicismo se le denomina historicismo continental. El
historicismo de Hume se refiere al estudio de la historia como forma de estudio
de la naturaleza del hombre, la cual ha comprobado ser constante a lo largo de
las eras, por lo que le permite (al hombre)aprender de los errores de sus
antepasados al comprender su propia naturaleza. A éste último le llamaremos
historicismo y será el punto de vista focal del presente análisis.
La libertad en nuestro país siempre ha pendido de un delgado hilo, muchas
veces, siendo un hilo tan transparente que ni se ve. Puesto que un análisis
histórico de la libertad, sólo del gobierno de Chávez es material para un libro,
me remitiré a expresar la condición en la cual se encuentra la población
venezolana, bajo el régimen tiránico del sucesor ideológico de Chávez, Nicolás Maduro. Partiré de tres
aspectos que considero importantes para caracterizar la situación actual de la
sociedad Venezolana, si bien no son todas las causas generadoras, si son las
que a mi juicio constituyen las más importantes:
·
A
principios de año 2016, el precio del barril de petróleo bajó abruptamente, generando una disminución
significativa del ingreso de la nación, falta que se vio amplificada por la ya
bastante desfalcada riqueza del país gracias a los 17 años de políticas
populistas y la corrupción generada por el gobierno de Chávez. Desde el año
2015, Venezuela además, posee el más alto nivel de inflación, debido a una
irracional y descontrolada imprenta de billetes que ha devaluado en gran medida
la moneda del país. Sumadas éstas condiciones a las políticas económicas aplicadas
desde el año 2015 las cuales se encargaron de la regulación de los precios de
una cantidad de productos, la cual ha generado (como efecto natural de éste
tipo de medidas) una escasez de productos básicos, así como un mercado negro
paralelo de precios especulativos.
La primera condición expuesta implica la falta de solvencia en dólares para
el estado, el cual además es el único gestor (legal) de dólares en el país, por
lo que es el encargado de vender los dólares a las empresas productoras y que
estas a su vez puedan realizar la compra de la materia prima necesaria. A falta
de dólares para la venta (a precio legal) que se traduciría en producción de bienes
para el país, el aparato productivo de las pocas empresas productoras restantes
fue mermado en cuestión de menos de un año. Condición que generó además de una
incipiente escasez, desempleo y disminución de ingresos para muchos
trabajadores Venezolanos. La segunda premisa expuesta, implica que los
venezolanos cada vez poseen menos valor absoluto del dinero que ganan, pues al
devaluarse la moneda ya no se puede comprar la misma cantidad de bienes con el
mismo número de billetes. La última premisa es quizá la que más ha agravado la
situación económica del país, pues como primera consecuencia genera escasez de
alimentos y medicamentos para la población y su segunda consecuencia es el
surgimiento del contrabando el cual implica a un gran número de entes militares
que permiten la salida de productos regulados por nuestras fronteras, a cambio
de sobornos y muchas veces como negocios propios.
Todas estas consecuencias no pueden llevar si no a la conclusión de un
estado paupérrimo del ciudadano común. La pobreza, el hambre y la enfermedad se
han vuelto características de un numero mayoritario de ciudadanos, los cuales
se ven obligados a vivir muchas veces en la más humillante de las situaciones.
·
La
corrupción generada por el sistema de gobierno chavista (castro-comunista más
bien), fomentada por la política de centralización de instituciones, la cual
confiere un gran poder a quienes se encuentran en la cabeza de la dirigencia.
Condición por la cual el ejercicio de las funciones públicas pasó a ser, como
llegó a decir Marx, el ejercicio de los intereses propios de los funcionarios
públicos. Sumado a la juramentación fuera de todo orden dispuesto en la ley de
los magistrados correspondientes del Tribunal Supremo de Justicia, máximo ente
judicial del país. Los magistrados fueron designados a voluntad del poder
ejecutivo de Maduro. Como último hecho resaltante está la preocupante inacción de
la Asamblea Nacional, máximo ente legislador, el cual había sido legitimado
mediante elecciones en el año 2015 y la cual está compuesta mayoritariamente
por diputados opuestos al régimen.
Consecuencia de ésta situación es el claro irrespeto de las leyes por los
mismos funcionarios, los cuales desfalcaron el erario publico, confirieron un
aire de ilegalidad a las instituciones, y les dotó del poder para que éstos (las
cabezas principales) ejerzan su voluntad a placer. Si además, el ente encargado
de velar por el cumplimiento de las leyes
se encuentra parcializado a favor del gobierno y el único poder del
estado que muestra una oposición clara al régimen se niega a actuar ejerciendo
el poder que tiene conferido, se puede llegar a la clara conclusión de que los
ciudadanos no cuentan con instrumento alguno que los proteja de los abusos de
poder y acciones despóticas del régimen. Debido al desmoronamiento de las
instituciones los sistemas de justicia policiales también se han visto
corruptos por el breve poder que poseen sobre el ciudadano civil, lo que ha
aumentado significativamente la tase de delincuencia.
·
Finalmente,
la última característica se debe a la gran campaña ideologizante
creada por el gobierno de Chávez y el marxismo cultural que era enseñado en
Venezuela mucho antes del gobierno de Chávez. Las políticas populistas del
gobierno, sumada a las campañas poco claras y bastante izquierdistas de la
“oposición oficial” las cuales antes que un cambio de sistema solo contemplaban
un cambio de régimen, manteniendo muchas de las premisas que habían llevado en
primer lugar a la aplastante popularidad de Chávez. Las acciones tomadas por la
llamada ”oposición oficial” no han logrado más que legitimar y alargar la estadía
(que dada, en cualquier otra parte del mundo ya sería precaria) del régimen
chavista en el poder, claro está de ejemplo el camino ciego que implica la
realización de un referendo revocatorio utilizando un sistema electoral que
está probado que se encuentra sesgado a favor del régimen.
La principal consecuencia de esto es un grave efecto desesperanzador en las
personas, pues su única esperanza, personificada en la “oposición oficial” no
ha hecho nada por cambiar la situación de los ciudadanos que confían en ellos.
Las personas se ven sin salida alguna de la calamidad en la que se encuentran
viviendo, por un lado oprimidos por un régimen demagogo y por el otro
desalentados por la única opción que tienen la cual es incapaz e ineficiente.
Todas estas características, dan a entender que el nivel de libertad bajo
el que vive actualmente el ciudadano venezolano es uno de los más bajos vividos
desde hace siglos en su sociedad, quizá equiparado al de la guerra civil que
sucedió la división de la gran Colombia, o más aun, comparado al abuso sufrido
por los mestizos durante la era colonial venezolana.
Esto se debe a que los ciudadanos no cuentan con la capacidad material de
desarrollar sus propios intereses, sino que además deben mendigar la comida. El
ciudadano se ve a merced de cualquier cantidad de delitos y abusos de poder
bajo los cuales no cuenta con protección alguna más que la que le puedan
proporcionar sus propios medios y para completar la suma de sus males, el
cuadro político que percibe, que podría sacarlo de ésa situación, es
completamente desmoralizador. Las personas en Venezuela están cayendo a un paso
espantosamente acelerado en un ambiente totalmente anárquico que les obliga a
comportarse como salvajes. Prueba de esto son los saqueos que se ven a la orden
del día en cualquier esquina donde una cola de trafico haya tomado por sorpresa
a un camión lleno de alimentos o los linchamientos públicos bajo los cuales
someten a los delincuentes que atrapan las masas.
Basándome en esta descripción, se puede llegar a la conclusión de que la
libertad (liberty), más que un derecho, es un estado y un privilegio de una
sociedad. Pues para darse la libertad, debe ser posible al menos el
cumplimiento de las leyes, el respeto a la propiedad privada y la capacidad de
que un ciudadano pueda buscar su propia felicidad. Sin ésto, la libertad como
derecho (mas bien como suma de varios derechos) se convierte en una meta.
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