Joelvin Villarreal. |
El país no aguanta una elección más, lo vengo advirtiendo desde hace
semanas, la política partidista de ocupar espacios comienza a caducar en la
medida que la desesperación gana terreno en el plano social.
Aquellos que votaron el 6D lo hicieron esperanzados en un objetivo:
sacar a Nicolás Maduro de la presidencia de la república. Fue ese, y no otro,
el objetivo de unos votantes a quienes se les vendió en la campaña electoral “un
cambio”.
La gente en su sano juicio no desea escenarios violentos que pongan en
riesgo sus vidas pero, el hambre tiende a nublar el juicio hasta de los hombres
más racionales. Tal es el caso del drama diario que se vive en cada
establecimiento de expendio de alimentos. El robo de bolsas de comida, e
incluso asesinatos por el puesto en una cola, comienza a marcar la tendencia
nacional.
A su vez los militares, sobre todo los oficiales, se sienten
vilipendiados, traicionados, incomprendidos, confusos ante este terrible escenario
del cual ellos mismos también son víctimas. El rechazo y el reclamo de
familiares y amigos cercanos de estos oficiales comenzaron a generar un clima tormentoso
dentro de las filas castrenses.
Por su parte el escenario internacional está
servido como para que la oposición oficial hubiese llamado masivamente a la
calle sin retorno hasta la salida del régimen pero, a falta de oposición
interna contra el régimen, organismos internacionales comienzan a pronunciarse
contra quien desestabiliza la región. Muchos en el exterior consideran mejor
negocio salir de Maduro que tener que asumir un costoso puente aéreo para
lanzar alimentos y medicinas por paracaídas.
Actual escenario
global requiere a una Venezuela estable y productiva, en lugar de una Somalía caribeña.
De allí que la comunidad internacional este muy activa con el caso Venezuela
por estos días.
Triste pero, a
falta de voluntad política para salir de la tragedia, el futuro del país parece
que se decide nuevamente en los cuarteles. Allí un sector importante de las
fuerzas armadas considera que Maduro no es el mejor ejemplo para guardar “el
legado de Chávez” y ello ha causado una ruptura en los mandos militares.
Panorama actual es
de inminente enfrentamiento armado entre las facciones Militares del chavismo
por pugna de poder. Ese es mi diagnostico. Hasta ahora el chavismo ha logrado
manejar bien las tensiones de poder pero, estas situaciones aumentaron su
frecuencia y, esta nueva ruptura es grave.
Todos saben algo,
desde el régimen hasta la oposición oficialista, en mi opinión está ocurriendo en este
momento algún tipo de pronunciamiento a lo interno. Las recientes declaraciones
de varios personajes claves –Allup por ejemplo- contra un posible “golpe” y la
apurada reacción internacional con respecto a fomentar un dialogo urgente
denotan alto grado de nerviosimo en las cúpulas de poder. Comunidad internacional desea una salida rápida pero, con elecciones.
No es común que
varios altos mandatarios regionales se pronunciasen casi que de manera sincronizada
para ofrecer su mediación, tampoco que la MUD prácticamente madrugara para
emitir una respuesta a Zapatero. En mi opinión se trata de una última maniobra internacional
para ganar tiempo y cuadrar una salida urgente sin necesidad de intervención militar.
Los tiempos se
agotan, el hambre se extiende y, esta mañana -20 de Mayo 2016- la rápida acción internacional, estoy seguro, bloqueó un pronunciamiento militar.
La pregunta es:
¿hasta cuándo?
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