La profecía de san Malaquías sobre los papas se ha cumplido a lo largo
del tiempo, este profeta describió brevemente la sucesión Papal plasmando una
breve descripción sobre cada uno de ellos hasta llegar al último antes del
juicio final y al cual llamó “Pedro el Romano”. Según esta misma profecía,
Francisco el actual Papa, sería el último en la lista: EL PAPA DEL FINAL DE LOS
TIEMPOS Ó EL PAPA NEGRO.
Desde que asumió el papel de “Vicario de Cristo” no he dejado de
manifestar mi absoluto rechazo a Francisco, no solo por el modo en el cual se
produjo la sucesión, sino también por el discurso colectivista de origen
marxista que se ha encargado de propagar en cada intervención suya y que
representa un grave peligro para la cultura occidental. Este señor asume el
vaticano más como un representante de intereses políticos dentro de la iglesia
católica que como representante de los intereses de la FE cristiana.
El Papa Benedicto XVI era muy conservador y poco carismático, imagen ésta
que contrastaba con la del difunto Juan Pablo II, quien era un hombre muy
carismático e inspiraba una imagen más dulce, la gente lo sentía un verdadero
padre. Lamentablemente el mundo de hoy desprecia a los intelectuales y sus
razonamientos lógicos, se interesa más por la imagen y el populismo idolatra a
sus líderes políticos o religiosos, de allí que no comprendieran el roll
importante que cumplía Benedicto XXI en un momento de profunda transición en el
mundo. Bajo este escenario no es casualidad que el nuevo Papa fuese latinoamericano,
pues es aquí donde se encuentra el mayor número de católicos en el mundo, es
también el lugar donde el populismo, el desprecio a la intelectualidad y la
lógica encuentran el mejor caldo de
cultivo para las idolatrías que terminan manifestándose en lideres
negativos.
Francisco proviene de la orden de los jesuitas (son los que visten de
negro), quien gobierna desde la ciudad de Roma y de clara posición marxista-
leninista (surgida en RUSIA, la tierra
de PEDRO EL GRANDE) hacen pensar un poco sobre la descripción plasmada por
Malaquías en su profecía, PEDRO EL ROMANO; aquel que sería el ultimo y el gran
destructor de la iglesia antes del juicio. No hay mejor manera de destruir a la
civilización occidental que infectando a una institución tan importante como lo
es la iglesia católica con los anti-valores de la libertad y propagar en ella
el cáncer del marxismo: una doctrina anticristiana basada en la mentira,
sustentada por el odio, que se ha glorificado en la miseria humana y que exalta
al estado como a un Dios a través de sus líderes. No por casualidad el terrorismo, el
narcotráfico, y los mayores flagelos que vemos hoy en el mundo se sustentan
bajo el apoyo de países e instituciones forajidas en manos de los
colectivistas: socialistas y comunistas de todo el mundo, en todas sus
manifestaciones, de forma directa o indirecta.
Juan Pablo II, héroe de la libertad, enfrentó al comunismo desde todos
los frentes posibles siendo fundamental para la caída del muro de Berlín y los
sucesos que terminaron con la opresión de la unión de repúblicas socialistas de
la comuna[1] (URSS). Juan Pablo asumió la iglesia en
momentos sumamente duros y de grandes transformaciones mundiales, tal como
sucede hoy día, solo que aquel Papa supo asumir para bien el roll histórico que
le correspondía: elevar la doctrina de la FE cristiana, que no es otra que la
defensa de la libertad y la justicia ante el totalitarismo (valores que no son
negociables). La claridad en el pensamiento y la doctrina de Juan Pablo a este
respecto se resume en su célebre frase “No temáis, un dictador es solo un
hombre”.
Francisco es todo lo contrario a Juan Pablo II, y al carácter
conservador de Benedicto XVI, es un Papa del cual se ha hablado de su firmeza
ante las dictaduras argentinas surgidas a partir de la caída de Perón: del cual
el Francisco es simpatizante. Los discursos de Francisco obedecen más a un
adoctrinamiento ideológico de izquierda que a su papel de representante
religioso, hace algún tiempo le comunique a través de su twitter que se
obedeciera la palabra de Cristo: “al cesar lo que es del césar, y a DIOS lo que es de DIOS” que dejara a los políticos y expertos en la
materia ese asunto y que se ocupara él de los asuntos de la religión.
Cierta o no la profecía de san Malaquías, lo que sí es palpable es la
actitud destructiva del Papa Francisco
con respecto a los valores cristianos y occidentales al frente de una de las
instituciones más fundamentales de la sociedad. Cristianos de buena voluntad
del mundo deben estar atentos ante esta situación, asumirla y enfrentarla para
que no se siga con la destrucción de la FE a través de una falsa religión como
lo es el marxismo, ahora inmerso en el seno de la misma iglesia.
De momento no me queda más que seguir denunciando y enfrentando desde mi
trinchera, con todos aquellos cristianos del mundo a Francisco y a su falsa
doctrina destructiva, invito a todos a enfrentar a la personificación de PEDRO
EL ROMANO, sea este Francisco o cualquier otro líder religioso que con su
actitud asuma las características del Papa negro de San Malaquías.
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