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domingo, 22 de febrero de 2015

¡¿Del dialogo a la Vendetta!?

Hace un año se advirtió sobre las nefastas consecuencias del “dialogo” entre las organizaciones políticas criminales y el régimen tiránico. En aquellos días de confusión muchos venezolanos optaron por ignorar las voces libertarias que, con enorme esfuerzo y coraje, se abocaron a intentar desmontar la trampa legitimadora que terminaría acabando la protesta de calle. La resistencia ofreció argumentaciones históricas y filosóficas a todos los actores políticos, para que en un futuro, estos no tuviesen excusas con las cuales pudiesen evadir su responsabilidad histórica en aquellos eventos; que sirvieron de base fundamental para la legitimación del yugo opresor de la tiranía comunista y la satanización de las protestas de calle.

Nunca el dialogo con las tiranías ha funcionado, no le funcionó a Inglaterra y a Francia para con los nazis, no le funcionó a los estados unidos y a sus aliados para con los comunistas, tampoco funcionó en Venezuela en aquellas famosas mesas de diálogo con el difunto. Para los comunistas, dialogo significa debilidad del enemigo, y en función de ello actúan, entender esta realidad universal era y sigue siendo fundamental para trabajar en función de la libertad de nuestra nación.
La mafia mercantilista y política que mantiene bajo secuestro a los partidos políticos, habiéndolos transformados en las organizaciones políticas criminales de hoy, son los mismos que actúan bajo el amparo de una supuesta legitimidad institucional que les permite negociar espacios de poder y económicos en nombre de los venezolanos ante un régimen criminal y violador de derechos humanos, régimen que a su vez mantiene bajo secuestro a los podres del estado venezolano. De manera que estamos ante la presencia de un pacto entre mafias políticas que se retroalimentan bajo la mutua legitimación de un sistema beneficioso para ellos, y decadente para la ciudadanía. Sin embargo, en todo pacto mafioso surgen disputas internas entre las partes, que tarde o temprano, devienen en vendettas.

La vendetta política que ya ha sacado de juego a Rodríguez Torres y a Rafael Ramírez, entre otros personajes del régimen, viene ahora a tocar a las figuras colaboracionistas de Antonio Ledezma y María Corina, no por casualidad, esto sucede puesto que cada uno de estos personajes representa de alguna manera la parte radical de cada bando y son los que ponen en peligro la estabilidad del sistema y su pacto.  Ledezma es hoy víctima de un verdugo al cuál legitimó en el poder y revistió de demócrata allá en Miraflores con aquel apretón de manos y ese  “sr presidente”, Ledezma fue además, entregado por quienes dicen representar la unidad y el cambio, pero que trabajan a diario para neutralizar voces consideradas radicales y anárquicas de calle, las cuales  ponen en peligro el show electorero que repartirá las parcelitas del 2015.


Tanto el régimen como a sus colaboradores les conviene un juego donde se presenten en público como enemigos antagónicos, esto eleva la deteriorada confianza de los ciudadanos hacia ellos, mientras que se ocupan de apartar a todos aquellos elementos que signifiquen un peligro para sus planes electoreros o estén en descontento porque fueron marginados de alguna manera en la repartición de este año.

Los resultados del dialogo con la tiranía, hasta ahora han devenido en un aumento desmedido de la represión tal cual se había advertido, mantuvo al sistema que ya decaía ante las guarimbas libertarias, pero a pesar de todo lo anterior, gracias a Dios y a la resistencia de esta juventud heroica y libertaria, la protesta no ha cesado.

El dialogo finalmente y al largo plazo ha resultado en una vendetta que saca de juego a figuras de postura antagónica en cada bando, veremos hasta donde llega esta confrontación mafiosa, pero de momento la libertad sigue siendo un producto de primera necesidad altamente escaso para los ciudadanos. 

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