Donaciones

domingo, 13 de septiembre de 2015

Juan Pablo Molero: EL GOBIERNO ES EL PROBLEMA




La fijación de precios máximos es una práctica anti-económica que ha profundizado el régimen, ante la cual, la oposición política no muestra su desacuerdo, inmersos ciertos sectores de la oposición en una constante inanidad ideológica, o lo que es igualmente grave, en la práctica y el discurso de otras formas de socialismos, no hacen más que exigir al “gobierno” que ponga coto definitivo a la alarmante escasez, haciendo desfilar ante la opinión pública (o lo que queda de ella), un vaivén de voceros políticos que reclaman anaqueles abastecidos, pero, muy a pesar de su insistencia, no dejan tras su marcha algo más que un rastro estéril, porque no transforman dicho reclamo en una propuesta ni eleva las quejas a demandas claras que trasladar a la sociedad para generar una matriz de opinión favorable a ésta, y es que lo que ha faltado es convicción para proponer la eliminación de los controles de precios y la supresión de la Superintendencia de Costos y Precios Justos (SUNDECOP).

La ciudadanía harta como lo está de las interminables colas y el desabastecimiento, repite el único mensaje que tiene contenido (aunque errado) culpando con denuedo e intrepidez al contrabando de extracción, al empresario o al comerciante que “especula” entendiendo poco o nada del comportamiento económico y muy sobretodo utilizando a sociedad misma como chivo expiatorio, haciéndole responsable de los problemas que ha causado la política gubernamental, si el discurso oficial ha calado triunfantemente es porque han faltado ideas que contradigan tales argumentos, pero, ¿Por qué han fallado en la transmisión de tan importante mensaje?

Si bien un sector importante de la izquierda ha aceptado el liberalismo político (democracia, elecciones libres, libertad de prensa etc.) aún no termina por asimilar el liberalismo económico, que, al igual que el régimen, adversa, cierto es que la libertad económica está intrínsecamente asociada a la libertad política, siendo esta última en contables ocasiones la consecuencia más notable de las economías libres, un repaso por lo que va de siglo XXI en nuestro país nos ilustrará este punto; control cambiario, estatizaciones y un modelo de centralización y planificación económica implantado paulatina pero exitosamente han sido los ejes fundamentales de la opresión política que se ejerce.

Cuán eficaz resulta para la esclavitud política y degradación moral de la ciudadanía el control de qué y cuánto consumirá o dispondrá para su subsistencia, o qué, cuánto, cómo y a quienes venderá lo que produce, el desabastecimiento instrumentado como arma de dominación política no es nuevo, ya se usó en los totalitarismos pretéritos para socavar las aspiraciones y disipar con ellas las ideas democráticas y de prosperidad económica y material, de esta forma la lucha por el advenimiento de la democracia toma hondas connotaciones morales, que es el campo donde la libertad individual encuentra su defensa, campo que vale destacar ha sido pobremente minado por los actores aludidos ¿Se podría esperar otra cosa? ya en tiempos de Lushinchi el establecimiento del PVP y las regulaciones de precios por la así llamada Conacopresa (Comisión de Costos, Precios y Salarios) sometían a la población a una dosificada medida de control, tan socialista como las que se implementan hoy.

Esta critica nos plantea ineludiblemente la cuestión ¿Qué contenido debe tener el mensaje de los antagonistas políticos al régimen en el marco de una razonada transición de la fijación de precios a su liberación?

Bien pudiésemos clasificar estos contenidos en meta-científicos y científicos, los primeros van referidos al campo de la ontología que señala los fines, esencias y limites del Estado y su relación con el mercado, debe señalarse en relación a este respecto que el poder gubernamental es de naturaleza coactiva/coercitiva y que bajo estos fundamentos siempre tendrá una ventaja competitiva en virtud de la cual no necesita pactar o consensuar, el lugar donde se desempeña esta red de relaciones voluntarias es el mercado, donde deben ocurrir los intercambios económicos.

en tanto a lo científico ha de señalarse que el precio justo es el de la común estimación de los individuos y que éste se determina por la relación oferta/demanda, si los niveles de inflación son elevados es porque –entre muchas cosas- el gobierno desmanteló el aparato productivo con sus políticas de expropiación (robo, como diría cierta diputada) limitando la oferta de bienes y provocando el incremento de su valor, de la misma forma que si inflación está en su nivel más álgido es porque el gobierno, a través del Banco Central emitió grandes cantidades de dinero inorgánico y ello naturalmente coadyuvó al incremento inmoderado de los precios.

La gente debe saber que si hay escasez, contrabando de extracción y negocios lucrativos, pero improductivos a partir de aquél es porque el gobierno los creó ¿sin razón o equivocadamente?, No, adrede y con toda intención, ahora más que nunca cobra más vigencia la célebre frase de Ronald Reagan:

“El gobierno no es la solución a nuestros problemas, el problema es el gobierno”

No hay comentarios:

Publicar un comentario