Hace 204 años un 17 de julio de 1790 muere en
Edimburgo el autor de La riqueza de las naciones y la teoría de los sentimiento morales, me
refiero al filósofo escocés Adam Smith Douglas Jr.
¿Quién era él y que lo hizo
tan importante para recordarlo hoy, 204 años después?
Un hombre que denuncio el estatismo imperante de su época,
el sistema mercantilista ingles, a través
de su obra “Una investigación sobre la naturaleza y causas de la
riqueza de las naciones”. Smith se pregunto sobre un tema sobre el cual aun hoy día seguimos
discutiendo.
¿porque existen países ricos y pobres? ¿Cómo se crea
la riqueza de una nación?
La investigación de Smith determino que la riqueza de las naciones es producto de la división social del
trabajo y un marco jurídico que proteja la propiedad privada de los medios de producción
y límite las atribuciones de quien ejerce el poder del estado, dejando a este
ultimo fuera de las decisiones económicas.
Para fundamentar la división del trabajo
lo hizo mediante el siguiente ejemplo:
“Allá dónde un solo herrero no podría producir más de
diez alfileres por día, la fábrica utiliza los obreros en varias tareas
diferentes (estirar el alambre, cortarlo, afilarlo, etc.), y llega así a
producir cerca de 5 000 alfileres por obrero empleado. Junto a ese gran
incremento en las cantidades producidas, se ve una disminución, igualmente
extraordinaria, en el precio de los alfileres. (Smith nota que, adicionalmente,
los trabajadores ganan más en las fábricas que como trabajadores
independientes)”.
Para fundamentar las distorsiones que causa la
intervención gubernamental escribió lo siguiente:
“La industria
general de la sociedad nunca puede ir más allá de aquello en que puede emplear
el capital de la propia sociedad. (...) No hay ningún reglamento de comercio
que sea capaz de aumentar la industria de un país más allá de lo que el capital
de este país puede mantener; todo lo que puede hacer, es que una parte de esta
industria tome otro camino distinto del que habría tomado sin aquel y no es
seguro que esta dirección artificial prometa ser más ventajosa para la sociedad
que la que hubiese tomado la industria voluntariamente”.
Para fundamentar como el interés individual beneficia
al bien común sin que
este sea su propósito, escribió lo siguiente:
“El ingreso anual de toda sociedad es
siempre precisamente igual al valor intercambiable de todo el producto anual de
su industria, o más bien es precisamente la misma cosa que este valor de
intercambio. En consecuencia, ya que cada individuo trata, al máximo posible;
primero emplear su capital para hacer valer la industria nacional; y segundo
dirigir esta industria de manera que haga producir el mayor valor posible, cada
individuo trabaja necesariamente para devolver el mayor ingreso anual posible
de la sociedad. En verdad, su intención, en general, no es la de servir al
interés público, ya que él mismo no sabe hasta qué punto puede ser útil a la
sociedad. Prefiriendo el éxito de la industria nacional al de la industria
extranjera, no piensa más que en darse personalmente una mayor seguridad; y
dirigiendo esta industria de manera que su producto tenga el máximo valor
posible, no piensa más que en su propia ganancia; en aquello, como en muchos de
otros casos, es guiado por una mano invisible hacia el cumplimiento de un fin
que nunca ha estado en sus intenciones; y no es siempre lo peor para la
sociedad que esta finalidad no entre en sus intenciones. Buscando sólo su
interés personal, trabaja a menudo de una manera mucho más eficaz para el
interés de la sociedad, que si se lo hubiera puesto como objetivo de su trabajo”
Para fundamentar cual es la función de los gobernantes
en la sociedad, escribió:
·
proteger a la sociedad contra toda violencia interior o exterior,
·
proteger a todos los miembros de la sociedad de la injusticia o la
opresión causada por uno de sus miembros,
·
proporcionar infraestructuras e instituciones públicas, que son
beneficiosas para la sociedad, pero que un empresario privado no puede
financiar por sí mismo.
En Venezuela
hemos debatido sobre ¿cuál debe ser el precio justo de una mercancía? En 1776 Smith escribió lo que aparentemente los venezolanos no
hemos leído aun:
“El precio natural de
un bien debe ser suficiente para pagar la renta, el trabajo y el beneficio que
han sido necesarios para su fabricación. El precio de mercado puede ser más o menos elevado
que este precio natural, pero tiende a este debido a la competencia. De hecho, un productor que no tiene en cuenta
esa competencia arriesga su interés personal: si vende sus bienes demasiado
caros, pierde a sus clientes, si paga a sus empleados demasiado poco, pierde a
estos. El mercado competitivo se encarga así de la producción de los bienes
demandados por el público, y remunera a los productores en función del éxito de
su producción”.
Como vemos no es el gobierno quien debe regular los
precios, esto lo hace el mercado de manera natural y siempre tiende a bajar los costos.
“la riqueza de las
naciones”. Fue el primer
trabajo científico dedicado al tema económico, por eso su autor es considerado
el padre de la cátedra de economía.
Teniendo en cuenta la obra de Smith hace ya más de 200 años podemos determinar
lo siguiente:
Los países donde el sistema jurídico no protege la propiedad privada, y
el estado asume la función económica o la regula de alguna manera, no alcanzan
el desarrollo, sino por el contrario; sustentan la pobreza. El estatismo al
centralizar entorpece la división social del trabajo. El cálculo económico se
vuelve imposible, por eso Venezuela es nación pobre.
No podemos seguir dándole la espalda a esta realidad, debemos asumir
estos postulados y practicarlos si queremos realmente un mejor futuro. De eso trata
cambiar el sistema, si no estamos dispuestos a esto, entonces seguiremos en el
camino de la servidumbre.
Imagine usted si el estatismo mercantilista alarmó tanto a Smith como para
dedicar 12 años de su vida a escribir esta obra, ¿que no habría hecho para
oponerse al estatismo socialista que conocemos hoy día en Venezuela?
204 años después de su muerte ya no importa preguntarse qué habría
hecho el contra el socialismo, vale preguntarse ¿que esperamos nosotros para actuar?
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