EL BACHAQUEO:
Es de común
aceptación dentro de la homogeneidad que conforma la esfera social venezolana
el sofisma de que los problemas de escasez con respecto a los productos
considerados como “de primera necesidad” y los combustibles se deben a un grupo
de individuos a los cuales se les denomina bachaqueros quienes junto a los
buhoneros -comerciantes informales- se
han encargado de vaciar los anaqueles de los principales supermercados y
comercios en el país.
Un elemento
importante –y distintivo- presente dentro de este sofisma es el racismo, pues,
se ha buscado con esto tachar -por no decir satanizar- a los grupos indígenas
que hacen vida a lo largo de la frontera venezolana.
El término de
bachaqueros surge a partir del imaginario populachero que asocia a esta
actividad comercial con aquella ejercida por las hormigas bautizadas con el
nombre de “bachacos”, pero no solo por su actividad; sino que también está determinado
por el carácter racista de ciertos miembros de la sociedad hacia los indígenas,
pues alegan que las características físicas -sobre todo por la contextura de su
cabeza- de estos indígenas se asemeja a la de las hormigas “bachaco”.
Se considera bachaquero
usualmente a aquel individuo que está formado en una extensa cola a las afueras
de un comercio y cuya duración puede variar de entre varios minutos a muchas
horas con la finalidad de obtener
productos subsidiados por el gobierno a un valor muy bajo en el mercado pero,
que debido a ello esta racionado a una cantidad minina por persona.
Los
bachaqueros no trabajan solos, sino en grupo y una vez obtenidos los productos
suelen juntarse para sumar el total de productos y proceder a su venta dentro
del mercado denominado por el gobierno como negro o informal a un monto que
supera muchas veces hasta diez veces el valor asignado por el gobierno mediante
la ley de costos y precios justos. Bachaquero también es aquel que hace lo
propio en el mercado de combustibles, mayormente gasolina y diesel, por ultimo bachaquero también se le dice a
todo aquel que hace el traslado de estas mercancías por vía de contrabando
hacia las fronteras de Venezuela y logre venderlos en los países vecinos.
EL BACHAQUEO:
Es de común
aceptación dentro de la homogeneidad que conforma la esfera social venezolana
el sofisma de que los problemas de escasez con respecto a los productos
considerados como “de primera necesidad” y los combustibles se deben a un grupo
de individuos a los cuales se les denomina bachaqueros quienes junto a los
buhoneros -comerciantes informales- se
han encargado de vaciar los anaqueles de los principales supermercados y
comercios en el país.
Un elemento
importante –y distintivo- presente dentro de este sofisma es el racismo, pues,
se ha buscado con esto tachar -por no decir satanizar- a los grupos indígenas
que hacen vida a lo largo de la frontera venezolana.
El término de
bachaqueros surge a partir del imaginario populachero que asocia a esta
actividad comercial con aquella ejercida por las hormigas bautizadas con el
nombre de “bachacos”, pero no solo por su actividad; sino que también está determinado
por el carácter racista de ciertos miembros de la sociedad hacia los indígenas,
pues alegan que las características físicas -sobre todo por la contextura de su
cabeza- de estos indígenas se asemeja a la de las hormigas “bachaco”.
Se considera bachaquero
usualmente a aquel individuo que está formado en una extensa cola a las afueras
de un comercio y cuya duración puede variar de entre varios minutos a muchas
horas con la finalidad de obtener
productos subsidiados por el gobierno a un valor muy bajo en el mercado pero,
que debido a ello esta racionado a una cantidad minina por persona.
Los
bachaqueros no trabajan solos, sino en grupo y una vez obtenidos los productos
suelen juntarse para sumar el total de productos y proceder a su venta dentro
del mercado denominado por el gobierno como negro o informal a un monto que
supera muchas veces hasta diez veces el valor asignado por el gobierno mediante
la ley de costos y precios justos. Bachaquero también es aquel que hace lo
propio en el mercado de combustibles, mayormente gasolina y diesel, por ultimo bachaquero también se le dice a
todo aquel que hace el traslado de estas mercancías por vía de contrabando
hacia las fronteras de Venezuela y logre venderlos en los países vecinos.
Razonar Sobre el Bachaqueo:
En primer lugar
tenemos el mal enfoque económico sobre este importante fenómeno, se ha tratado
de sugestionar a través de mecanismos de propaganda política a los ciudadanos
venezolanos con el propósito de crear en ellos un falso enemigo interno que los
desvíe de los verdaderos y muy serios problemas económicos reales, si bien es cierto que el bachaqueo es un
problema no es menos cierto que no es el causante de la escasez, sino que más
bien esta es una consecuencia de los controles de cambio y la fijación de
precios máximos.
¿Cómo es esto
posible? Debido a la inserción de la llamada memoria colectiva, producto de la
incesante propaganda socialista, los venezolanos han olvidado detalles muy
importantes a la hora de razonar con respecto a este tema. Es poco recordado
hoy día que este fenómeno de la extracción de productos como el combustible es de muy larga data,
incluso antes de la llegada de la revolución bolivariana, y no se presentaba
ningún tipo de escasez en ese rubro. En
el caso de los combustibles la escasez se presentó luego del paro petrolero del
2002 y en el caso de los alimentos la escasez se presentó luego de la
congelación de los precios y la imposición de un control cambiario.
Como consecuencia
de la pérdida de valor monetario del bolívar (inflación) frente a las monedas
extranjeras, producto del control de cambio y el control de precios, el rubro
del combustible que ya venía escaseando desde el paro petrolero del 2002 se
agudizó ya que surge en la sociedad la necesidad de ejercer actividades
económicas rentables como respuesta a esa inflación que les aqueja y la falta
de empleos formales -y es precisamente en la extracción del combustible donde
van a encontrar un negocio redondo- el subsidio que da el gobierno a los
combustibles hace que su valor en el mercado interno con respecto al resto del
mundo sea casi nulo y de allí que los contrabandistas que logran vender este
producto al otro lado de la frontera obtengan ganancias exorbitantes. Este
incentivo influye en que mas individuos se involucren en esta actividad y la
escasez del producto sea mayor de la ya precedente, en conclusión, el bachaqueo
de combustible contribuye al aumento del problema, mas no es la causa del
problema.
Así mismo
observamos esta relación causa efecto en lo concerniente al bachaqueo de
productos denominados de primera necesidad, en su mayoría alimentos. Luego de
la imposición de los controles cambiarios y de la congelación de precios en los
productos decretada por el régimen venezolano los índices de inflación se dispararon
y los incentivos para los productores locales disminuyeron con lo cual se
presentó una disminución a la producción criolla, el control cambiario supuso
además un obstáculo al comercio internacional lo que retardó el proceso de importación
y también lo encareció, todo ello sumado a un clima político adverso a la
propiedad privada de los medios de producción donde cientos de empresas fueron
expropiadas y dejadas improductivas se aceleró el proceso de desabastecimiento
que finalmente desembocó en la imposición de medidas de racionamiento de los
productos. Las medidas económicas estatistas dan como resultado todo tipo de
mercados paralelos y de estos el bachaqueo es el más evidente.
Finalmente es
entonces el subsidio del combustible y de los productos considerados como de
carácter estratégico o básicos de primera necesidad lo que permite la
rentabilidad del bachaqueo, la inflación es el incentivo que da origen a que se
exporten fuera de Venezuela los productos, el control de cambio y ahora la ley de precios y costos justos fomentan el auge de este mercado
paralelo.
En primer lugar
tenemos el mal enfoque económico sobre este importante fenómeno, se ha tratado
de sugestionar a través de mecanismos de propaganda política a los ciudadanos
venezolanos con el propósito de crear en ellos un falso enemigo interno que los
desvíe de los verdaderos y muy serios problemas económicos reales, si bien es cierto que el bachaqueo es un
problema no es menos cierto que no es el causante de la escasez, sino que más
bien esta es una consecuencia de los controles de cambio y la fijación de
precios máximos.
¿Cómo es esto
posible? Debido a la inserción de la llamada memoria colectiva, producto de la
incesante propaganda socialista, los venezolanos han olvidado detalles muy
importantes a la hora de razonar con respecto a este tema. Es poco recordado
hoy día que este fenómeno de la extracción de productos como el combustible es de muy larga data,
incluso antes de la llegada de la revolución bolivariana, y no se presentaba
ningún tipo de escasez en ese rubro. En
el caso de los combustibles la escasez se presentó luego del paro petrolero del
2002 y en el caso de los alimentos la escasez se presentó luego de la
congelación de los precios y la imposición de un control cambiario.
Como consecuencia
de la pérdida de valor monetario del bolívar (inflación) frente a las monedas
extranjeras, producto del control de cambio y el control de precios, el rubro
del combustible que ya venía escaseando desde el paro petrolero del 2002 se
agudizó ya que surge en la sociedad la necesidad de ejercer actividades
económicas rentables como respuesta a esa inflación que les aqueja y la falta
de empleos formales -y es precisamente en la extracción del combustible donde
van a encontrar un negocio redondo- el subsidio que da el gobierno a los
combustibles hace que su valor en el mercado interno con respecto al resto del
mundo sea casi nulo y de allí que los contrabandistas que logran vender este
producto al otro lado de la frontera obtengan ganancias exorbitantes. Este
incentivo influye en que mas individuos se involucren en esta actividad y la
escasez del producto sea mayor de la ya precedente, en conclusión, el bachaqueo
de combustible contribuye al aumento del problema, mas no es la causa del
problema.
Así mismo
observamos esta relación causa efecto en lo concerniente al bachaqueo de
productos denominados de primera necesidad, en su mayoría alimentos. Luego de
la imposición de los controles cambiarios y de la congelación de precios en los
productos decretada por el régimen venezolano los índices de inflación se dispararon
y los incentivos para los productores locales disminuyeron con lo cual se
presentó una disminución a la producción criolla, el control cambiario supuso
además un obstáculo al comercio internacional lo que retardó el proceso de importación
y también lo encareció, todo ello sumado a un clima político adverso a la
propiedad privada de los medios de producción donde cientos de empresas fueron
expropiadas y dejadas improductivas se aceleró el proceso de desabastecimiento
que finalmente desembocó en la imposición de medidas de racionamiento de los
productos. Las medidas económicas estatistas dan como resultado todo tipo de
mercados paralelos y de estos el bachaqueo es el más evidente.
Finalmente es
entonces el subsidio del combustible y de los productos considerados como de
carácter estratégico o básicos de primera necesidad lo que permite la
rentabilidad del bachaqueo, la inflación es el incentivo que da origen a que se
exporten fuera de Venezuela los productos, el control de cambio y ahora la ley de precios y costos justos fomentan el auge de este mercado
paralelo.
El Enfoque Racista:
Esta
segunda razón, la racista, es usualmente ignorada por la sociedad debido a que
permanece en el subconsciente de las personas puesto que se les ha acostumbrado
– a los venezolanos- a ver el tema del racismo solo entre colores mas no entre
razas. Un insulto a una persona debido a
su condición de color (negro) por parte de una persona blanca surte un rechazo
automático en nuestra sociedad que lo asume como racismo, no ocurre lo mismo
cuando el insultado es un indígena, se considera hasta normal la forma
despectiva con la que usualmente se les trata.
Una de las principales razones del porque ocurre esto tiene que ver con
los valores programados en nuestra sociedad, es decir, es muy poco difundida la
información educativa adecuada que permita a los individuos programar o asociar
en su cerebro la palabra racismo cuando ocurran situaciones en las cuales se juzgue
a una persona o grupo de personas no solo por sus condición de color, sino
también de su raza o credo.
Ocurre con el
bachaqueo que quienes en su mayoría ejercen esta actividad económica pertenecen
a las etnias indígenas que históricamente se han asentado en la frontera, esto
no es casualidad puesto que su conocimiento de la geografía y la posibilidad
que tienen de cruzar la frontera como nacionales de ambos estados (en el caso
wuayuu en la frontera colombo-venezolana) les facilitan una serie de ventajas
sobre sus potenciales competidores y también sobre las autoridades respectivas,
además de ello también existe una razón y una naturaleza histórica ya que
estos pueblos han logrado sobrevivir en estas zonas tan inhóspitas a través del
comercio y es lo único que saben hacer.
Desde el punto de vista de los
indígenas esta actividad -bachaqueo- no es malo pues lo ven como comercio
-y tienen razón- el contrabando o bachaqueo no es más que un comercio prohibido
por las autoridades que nos conlleva a una pregunta simple pero importante ¿Por
qué el estado debe decidir sobre el comercio?
A pesar de que
existen muchos individuos participando de este comercio informal, la mayoría de
los ciudadanos se obstinan en enfocar sobre los indígenas el estigma del
bachaqueo, una razón a ello se debe a la propaganda política perniciosa que
busca enfrentar a grupos de individuos dentro de la sociedad como mecanismo de
defensa frente a posibles protestas que desencadenen una rebelión ciudadana. Es
fácil introducir este tipo de propaganda sugestiva debido al desconocimiento
que por lo general tiene la sociedad de la ciencia económica, la simplicidad
con la cual la sociedad analiza las situaciones y el ambiente que les rodean
pero, sobre todo; por la incapacidad de los indígenas en organizar una defensa
argumentativa en contra de estas falacias surgidas de una sociedad cuyo
lenguaje apenas entienden.
Resulta cómodo tanto para el régimen como para la
mayoría de los venezolanos encontrar en los sentimientos profundamente
subconscientes racistas -contra los indígenas locales- la culpabilidad de todos
sus problemas en lugar de asumir el estar profundamente equivocados en su
análisis de dichos problemas.
Anteriormente al
auge del bachaqueo era común observar que las mujeres indígenas trabajasen en
casas de familia haciendo todo tipo de labores, muchas veces eran maltratadas
física o verbalmente por sus empleadores. Con el tiempo eso fue un factor de
resentimiento entre las dos razas, el bachaqueo vino a ser para muchas de estas
mujeres un factor de liberación: ya no tienen que trabajar en “casa ajena” -como
dirían ellos en su poco castellano- sino que por el contrario trabajan en
familia y en pro del bienestar familiar propio, ganan mucho más dinero y hasta
gozan de mejores beneficios, como por ejemplo tener reservas de alimentos, medicinas
y todo tipo de productos considerados como escasos.
En definitiva ellos -los indígenas- ahora
sienten que tienen un poder del cual no gozaban antes. Paralelamente ocurre lo contrario con sus antiguos empleadores que miran con frustración como
han perdido el poder que antes ejercían sobre esta gente, guardan un sentimiento
en lo profundo de temor social, -natural del ser humano cuando ve que su medio
ambiente cambia de condiciones- pero que se manifiesta en el consciente como
pérdida de poder en la esfera social ante individuos que consideraba de alguna
manera inferiores.
En conclusión, esta
situación de racismo debe ser sanada mediante mecanismos de información que
permitan poner al alcance de la sociedad en general un conocimiento que le brinde
las herramientas necesarias para lograr una respuesta automática en rechazo a toda práctica racista dirigida contra los indígenas así como se
logró suprimir el racismo contra la gente de color. Reconocer y fustigar la
propaganda política que alimenta estos demonios internos es de vital
importancia para lograr la meta y debe ser el primer paso a dar en este
sentido.
Esta
segunda razón, la racista, es usualmente ignorada por la sociedad debido a que
permanece en el subconsciente de las personas puesto que se les ha acostumbrado
– a los venezolanos- a ver el tema del racismo solo entre colores mas no entre
razas. Un insulto a una persona debido a
su condición de color (negro) por parte de una persona blanca surte un rechazo
automático en nuestra sociedad que lo asume como racismo, no ocurre lo mismo
cuando el insultado es un indígena, se considera hasta normal la forma
despectiva con la que usualmente se les trata.
Una de las principales razones del porque ocurre esto tiene que ver con
los valores programados en nuestra sociedad, es decir, es muy poco difundida la
información educativa adecuada que permita a los individuos programar o asociar
en su cerebro la palabra racismo cuando ocurran situaciones en las cuales se juzgue
a una persona o grupo de personas no solo por sus condición de color, sino
también de su raza o credo.
Ocurre con el
bachaqueo que quienes en su mayoría ejercen esta actividad económica pertenecen
a las etnias indígenas que históricamente se han asentado en la frontera, esto
no es casualidad puesto que su conocimiento de la geografía y la posibilidad
que tienen de cruzar la frontera como nacionales de ambos estados (en el caso
wuayuu en la frontera colombo-venezolana) les facilitan una serie de ventajas
sobre sus potenciales competidores y también sobre las autoridades respectivas,
además de ello también existe una razón y una naturaleza histórica ya que
estos pueblos han logrado sobrevivir en estas zonas tan inhóspitas a través del
comercio y es lo único que saben hacer.
Desde el punto de vista de los
indígenas esta actividad -bachaqueo- no es malo pues lo ven como comercio
-y tienen razón- el contrabando o bachaqueo no es más que un comercio prohibido
por las autoridades que nos conlleva a una pregunta simple pero importante ¿Por
qué el estado debe decidir sobre el comercio?
A pesar de que
existen muchos individuos participando de este comercio informal, la mayoría de
los ciudadanos se obstinan en enfocar sobre los indígenas el estigma del
bachaqueo, una razón a ello se debe a la propaganda política perniciosa que
busca enfrentar a grupos de individuos dentro de la sociedad como mecanismo de
defensa frente a posibles protestas que desencadenen una rebelión ciudadana. Es
fácil introducir este tipo de propaganda sugestiva debido al desconocimiento
que por lo general tiene la sociedad de la ciencia económica, la simplicidad
con la cual la sociedad analiza las situaciones y el ambiente que les rodean
pero, sobre todo; por la incapacidad de los indígenas en organizar una defensa
argumentativa en contra de estas falacias surgidas de una sociedad cuyo
lenguaje apenas entienden.
Resulta cómodo tanto para el régimen como para la
mayoría de los venezolanos encontrar en los sentimientos profundamente
subconscientes racistas -contra los indígenas locales- la culpabilidad de todos
sus problemas en lugar de asumir el estar profundamente equivocados en su
análisis de dichos problemas.
Anteriormente al
auge del bachaqueo era común observar que las mujeres indígenas trabajasen en
casas de familia haciendo todo tipo de labores, muchas veces eran maltratadas
física o verbalmente por sus empleadores. Con el tiempo eso fue un factor de
resentimiento entre las dos razas, el bachaqueo vino a ser para muchas de estas
mujeres un factor de liberación: ya no tienen que trabajar en “casa ajena” -como
dirían ellos en su poco castellano- sino que por el contrario trabajan en
familia y en pro del bienestar familiar propio, ganan mucho más dinero y hasta
gozan de mejores beneficios, como por ejemplo tener reservas de alimentos, medicinas
y todo tipo de productos considerados como escasos.
En definitiva ellos -los indígenas- ahora
sienten que tienen un poder del cual no gozaban antes. Paralelamente ocurre lo contrario con sus antiguos empleadores que miran con frustración como
han perdido el poder que antes ejercían sobre esta gente, guardan un sentimiento
en lo profundo de temor social, -natural del ser humano cuando ve que su medio
ambiente cambia de condiciones- pero que se manifiesta en el consciente como
pérdida de poder en la esfera social ante individuos que consideraba de alguna
manera inferiores.
En conclusión, esta
situación de racismo debe ser sanada mediante mecanismos de información que
permitan poner al alcance de la sociedad en general un conocimiento que le brinde
las herramientas necesarias para lograr una respuesta automática en rechazo a toda práctica racista dirigida contra los indígenas así como se
logró suprimir el racismo contra la gente de color. Reconocer y fustigar la
propaganda política que alimenta estos demonios internos es de vital
importancia para lograr la meta y debe ser el primer paso a dar en este
sentido.
Desnudando El Sofisma:
Entre el mal
enfoque económico y el racismo practicado contra la población indígena, de
manera consciente o inconsciente, se ha dado forma a una percepción social de
razonamiento erróneo de este fenómeno social llamado bachaqueo. El problema
radica en que el ciudadano común se ha enfocado en un solo problema sin hacer
un exhaustivo análisis de su relación con el resto de los problemas o si por el
contrario se trata de problemas aislados sin ningún tipo de relación entre sí.
El ciudadano venezolano analiza solo lo que se ve, dejando por fuera lo que no
se ve; existen dos tipos de problemas, unos se denominan problemas raíz y a los
segundos se les denomina problemas consecuencias, en este sentido serán las
políticas estatistas de intervencionismo el problema raíz de difícil percepción para el común y causante
de los subsiguientes problemas consecuencias que son la inflación, escasez, falta
de empleo, delincuencia entre otros de evidente percepción para los ciudadanos
comunes.
El sofisma queda
desnudo al hacer evidente un razonamiento más allá de lo fácilmente
perceptible, finalmente desaparecerá a medida que los ciudadanos venezolanos
comiencen a ejercer presión sobre sus
dirigentes, enfocados contra el problema raíz que es el sistema estatista y no
contra uno de sus problemas consecuencias, como lo es el bachaqueo.
Finalmente el
sofisma del bachaqueo se puede conceptualizar de la siguiente manera:
Falso razonamiento
que busca culpar a los propios ciudadanos, especialmente a los indígenas, de la
escasez y carestía de productos considerados como básicos; así como también de
los combustibles.
Entre el mal
enfoque económico y el racismo practicado contra la población indígena, de
manera consciente o inconsciente, se ha dado forma a una percepción social de
razonamiento erróneo de este fenómeno social llamado bachaqueo. El problema
radica en que el ciudadano común se ha enfocado en un solo problema sin hacer
un exhaustivo análisis de su relación con el resto de los problemas o si por el
contrario se trata de problemas aislados sin ningún tipo de relación entre sí.
El ciudadano venezolano analiza solo lo que se ve, dejando por fuera lo que no
se ve; existen dos tipos de problemas, unos se denominan problemas raíz y a los
segundos se les denomina problemas consecuencias, en este sentido serán las
políticas estatistas de intervencionismo el problema raíz de difícil percepción para el común y causante
de los subsiguientes problemas consecuencias que son la inflación, escasez, falta
de empleo, delincuencia entre otros de evidente percepción para los ciudadanos
comunes.
El sofisma queda
desnudo al hacer evidente un razonamiento más allá de lo fácilmente
perceptible, finalmente desaparecerá a medida que los ciudadanos venezolanos
comiencen a ejercer presión sobre sus
dirigentes, enfocados contra el problema raíz que es el sistema estatista y no
contra uno de sus problemas consecuencias, como lo es el bachaqueo.
Finalmente el
sofisma del bachaqueo se puede conceptualizar de la siguiente manera:
Falso razonamiento
que busca culpar a los propios ciudadanos, especialmente a los indígenas, de la
escasez y carestía de productos considerados como básicos; así como también de
los combustibles.
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