Lic. Luis Vielma.
Todos a nivel
mundial fueron sin duda alguna testigo de los días oscuros que vivió el pueblo
de Ecuador durante el principio del mes de octubre: destrucción, paralización e
incluso muerte; un suceso que empañó la historia contemporánea de un país que
busca salir del caos causado por el estatismo socialista de las ultimas 2
décadas. Ideología rancia y caducada que invadió Latam y, hasta el día de hoy,
sigue buscando terminar de derribar los restos de un continente que no logra
levantar cabeza, no consigue su RUMBO PROPIO, que mira con envidia y recelo el
éxito del gigante del norte y los países europeos pero; que ellos parecieran negarlo para si mismos.
Es que si somos sinceros en lugar de repetir
la fórmula nos la queremos inventar por nuestra cuenta, se nos enseña que
aquello que debemos hacer para cambiar nuestra situación está mal, se nos dice
que todo lo que nos acerca a libertad es diabólico y dañino; esto fue sin duda
alguna el éxito más grande que ha tenido el Foro de Sao Paolo en las ultimas 2 décadas,
crearon una prisión que no tiene celdas, ni muros y mucho menos rejas, somos
esclavos de parámetros mentales que se nos impusieron y los cuales no solo nos retienen, sino que
también-, aunque suene ilógico; nos hacen sentir seguros. Sí suena extraño pero
tomate un momento, trata de ser introspectivo y date cuenta que aquello que
puede sacar a tu país de la pobreza te da miedo; se nos enseñó de manera
sistemática y muy eficiente que la libertad no nos conviene, se nos dijo que el
estado tiene un falso deber moral de protegernos, que debe educarnos y sobre
todo, que debe alejar a aquellos malvados que buscan hacerse ricos con nuestros
recursos y nuestra mano de obra barata, es decir, los emprendedores; todo esto
se resumió en una mentira dicha por la inmensa mayoría de personas que
voluntariamente renuncian a la libertad
en este continente y que ahora repetimos como un mantra: “Eso funciona en esos
países por su cultura, aquí no se puede aplicar”.
En pocas
palabras a la par de quitarnos nuestra libertad también nos despojaron de
nuestra dignidad y perdimos el respeto propio, paradójicamente todo esto lo hicieron
mientras creaban en nosotros una cultura de victimización qué, con el pasar de
los años, se alimentó cada vez más y más del resentimiento y la pobreza; esta
posición mental consiguió en el mundo actual un aliado que cada día crece en
las redes sociales y que se está volviendo un fenómeno, un aliado que recurre a
las más bajas pasiones de los hombre y renuncia a toda lógica, su único
objetivo es victimizar a las falsas minorías y justificar todo el daño que hace
con su rencor alegando que son actos de justicia; este es el Movimiento
Progresista y su doctrina de lo políticamente correcto.
Esta semana pude
ver esta ideología en acción, pude ver cómo le daba forma y un nuevo rostro a
una ideología que por el bien de la humanidad debería estar enterrada, pero no,
con horror la vi nacer con una nueva estructura, y aunque en algún momento se
mostró como la representación de los más fuertes en esta última década, mutó y
ahora; se ha vuelto una representación de aquellos que se sienten víctimas:
señoras y señores. vi en las calles de Quito un nuevo modelo de nazismo.
Nazismo como ya
todos lo sabemos fue la ideología impulsada por los socialistas alemanes
durante el periodo de 1933 a 1945, esta ideología manifestaba públicamente la
superioridad de la raza aria, o cualquier raza que se identificara a si misma
con una historia rica en conquistas y que dominaba culturalmente un espacio
geográfico definido; por tal motivo tanto Italianos como Japoneses también se
sintieron identificados con esta ideología durante el periodo de la segunda
guerra mundial, tenían una historia rica en guerras y victorias y alegaban que
la caída de sus respectivos imperios se debía a la perdida de la pureza de sus
razas.
Hoy en día esta
ideología es vista con un lógico desprecio e incluso temor, sin duda alguna su
destino actualmente es ocupar un espacio en los rincones de la infamia y ser
recordada como la causante de muerte, hambre y destrucción; una ideología vista
con desprecio y repudiada tanto como por la derecha como por la izquierda a
nivel mundial, son interminables los discursos donde los representantes de
ambos bandos se acusan uno al otro de ser representantes del tan vil y
despreciado Nazismo.
¿Cómo una
ideología que con solo mencionarla da miedo puede volver a la vida? Muy simple,
se refugió en individuos que desde su posición de fragilidad se muestran como víctimas
y alegan que la única manera de encontrar justicia es eliminar a aquellos que los
hacen sentir victimizados, es un neo nazismo; en lugar de justificar su
superioridad en la fuerza, la justifica en su debilidad y, no recurre a las
armas para imponerse sino a las leyes. Vi en Quito como un grupo minoritario
justificó toda su acción vandálica en su condición de víctima frágil que debía
ser protegida, grupos minoritarios que usaron su condición étnica para
mostrarse a sí mismos como los intocables, y aunque su causa no fuera lógica,
era legitima pues, ellos simplemente eran vulnerables; ¿Cómo lograron esto? Gracias a un discurso
políticamente correcto que obliga a la
sociedad pensante a renunciar a la lógica y abrazar un árbol de espinos en
nombre de la falsa paz, pues no hay paz donde no hay justicia.
Tristemente el
progresismo mundial se apuntó una nueva victoria y le niega nuevamente a todo
un país la oportunidad de ser libre, pero la pelea no termina, veo como cada
día los hombres y mujeres de este hermoso continente abren cada vez más los
ojos y su mente para darse cuenta de que pueden aspirar a más, veo un grupo
silencioso que cada día crece y encuentra más foros donde alimentar su hambre
de libertad, que poco a poco se suman a la resistencia que representan aquellos
que en búsqueda de la verdad se hacen portavoces de la misma.
Ánimo Ecuador,
aún falta camino por recorrer y nuestra pelea no es de un solo día, no se rindan,
sigan levantando más y más la voz; el mundo los está observando, sean ustedes
el ejemplo que todo un continente necesita.